FOBICA

Entendiendo mi pasado para tener un futuro! _____________________________________________

Plato típico

De todas mis relaciones la más me molesta y fobia me da es la que tengo con la comida.
Mi mamá es vegetariana y no sabe cocinar ni le interesa aprender. Mi abuela nos malcrió siempre preparando platos personalizados poniendo mucho cuidado en no tocar con el mismo tenedor de la carne las verduras y así. Mi abuelo come lo que venga, y lo que sobre, y todo lo que encuentre a mano.
Decir que no me gusta el queso, ni el jamón, ni la lechuga, el ajo y mucho menos el cerdo sería lo de menos. Yo vengo de una casa donde es normal que se preparen empanadas con distinto repulgue dependiendo del relleno. Las variantes para la empanada de carne pueden ser con aceitunas sin huevo, con aceitunas y con huevo, con pasas y de todo, solo de carne, y las infaltables son las empanadas de verdura o de humita.
Mi plato favorito son las milanesas, pero no fritas sino al horno y sin ajo. Tienen que ser finitas y estar medio quemaditas si es posible. El pescado es lo que más odio en el mundo, el olor ya me descompone, y si alguien está comiendo al lado mío tengo que cambiarme de lugar o irme lejos para no vomitar. Aún sabiendo que soy fóbica a lo desconocido, todos los que me rodean trataron alguna vez de hacerme probar el pescado, argumentando que el gusto no tiene nada que ver con como huele.
Podría enumerar más de cien situaciones incómodas que me sucedieron relacionadas con la comida, pero hoy no estoy de ánimo para recordar cosas feas.
No me gusta, nunca lo probé ni lo quiero probar le dije a mi ex jefe cuando cocinó pulpo a la gallega, pero se ve que no soné muy convincente porque terminé tragando ese tentáculo lleno de ventosas y pensando que se me iba a quedar adherido en el esófago mientras imaginaba la culpa que sentirían todos si yo terminaba en un hospital.
Ir a comer a un restaurante es una situación sumamente estresante para mí, jamás puedo pedir algo sin preguntar que es, o si tiene pescado, o si tiene ajo oqueso. El mozo siempre me mira raro o hace alguna mueca y el 99% de las veces me traen las pastas abajo de un colchón de parmesano que se puede oler a 3 cuadras a pesar de que le repetí dos veces "Sin queso por favor". He llegado a argumentar alergia al queso para sonar más dramática en mi pedido pero ni así conseguí comer fideos con salsa y nada más que salsa.
Cuando empecé a viajar por trabajo la situación empeoró. Todos mis compañeros son hombres, son gordos y hablan de comida durante la mayor parte del día. Para ellos comer es más importante que cualquier otra cuestión y cuando se enteraron que a mi no me gustaba nada les dí tema de conversación para rato. En cada almuerzo me hacían enumerar que me gustaba y padecía preguntas como, y el carré de cerdo? y la mayonesa? y el pan con ajo? y entonces que comes?
He tragado sin respirar para no despreciar y he argumentado enfermedades para no ir a cenas laborales en casas de clientes. De cada lugar del mundo en que estuve podría enumerar los platos típicos que me perdí de probar y me dan ganas de llorar de rabia y de vergüenza porque yo no lo hago por convicción sino por limitación.