FOBICA

Entendiendo mi pasado para tener un futuro! _____________________________________________

6 años después

Pasaron 6 años desde la última vez que nos vimos, y ahora tiene un arito, un tatuaje y algunas canas, pero sus ojos siguen teniendo ese dejo de tristeza que me enamoro cuando lo conocí.

No me acordaba que era tan alto.

Trajo su musica y ocupó mi casa con su perfume. Me hice la despreocupada como si verlo fuera cosa de todos los días, pero cuando me abrazó me puse a llorar... y lloré el resto de la noche mientras lo miraba dormir..

Hermana Mayor

El sol de primavera entra por la ventana de la cocina y empiezo a acordarme que no hace mucho, en esta misma cocina, en un día gris de mucho frío mi mamá se decidió por fin a contarme mi historia. Nuestra historia.

Mientras me contaba, mi mamá lloraba despacito mientras yo me preguntaba si alguna vez en mis fantasías infantiles le habría acertado con la profesión del fulano. Recuerdo el dolor de panza del miedo a preguntar, y mis pulsos acelerados por los nervios de, por fin, saber quien soy. Ella empezó hablando de Emilce, una chica del pueblo que es muy parecida a mí.

Emilce es 3 años menor que yo y es vox populi que tuvo una adolescencia complicada, varios intentos de suicidio, una personalidad poco amigable y un novio de toda la vida que se llama Marcelo.
Cuando volví a prestarle atención a lo que mi mamá decía ya íbamos por la parte donde me decía que el tipo se llama Alvaro P, y cuando supo que yo estaba embarazada la dejó...."No supe nunca más nada de él, pero al tiempo se casó y tuvo a Emilia. Luego se fue a vivir a otra ciudad pero ya no se nada más. Nunca más lo volví a ver..."

Cuando supe que tengo una hermana que vive a 20 cuadras de mi casa y que muchas veces la vida nos cruzó dejé de escuchar. Mi dolor de panza desapareció y me dieron ganas de llorar, entonces hice algunos chistes y me despedí porque esa noche yo salía de viaje. Mi historia peligrosamente se parece a una telenovela de Andrea del Boca.

Mi gran desilusión fue mi absoluta falta de instinto respecto a la profesión del fulano. El tipo, como no podía ser de otra manera, es un chanta de primera mano que siempre anda en negocios turbios y su profesión es nada menos que ninguna.

Les parecerá increíble, pero desde que conozco mi historia soy un poco más feliz. A veces un padre presente puede dañar mucho más que uno ausente...

Estoy en el aeropuerto esperando las 2 horas que me faltan para subir al avión que me lleva de nuevo a casita. Que placer volver al bullicio de buenos aires, que alivio volver a cenar a las 10 de la noche. Que vertigo volver a tomar el 41 en Cabildo...

Mis padres

"Padres” para mí siempre implicó uno solo de los dos personajes, mi mamá. Fui criada en el mundo de la negación, donde lo que no se dice no pasa, y lo que pasó entre mi mamá y mi papá para mí siempre fue un no sé.

Cuando era chiquita en la escuela nadie me preguntaba por mi papá porque ya todos sabían que yo no tenía papá, el problema venía cuando yo empezaba alguna nueva actividad.


Cuando yo tendría unos 9 años, una chica en gimnasia me preguntó el nombre de mi papá. Primero traté de evitar la preugnta, pero la chica insistía entonces para sacármela de encima le respondí que mi papá se llamaba Jorge. No conforme con eso la piba siguió preguntando, quería saber la profesión, y yo en ese momento no estaba muy canchera con eso de hablar en espejo y responder con preguntas, arte que ahora he llegado a dominar, entonces para salir del paso seguí con mi mentira y dije, abogado.


A partir de ese día me dí cuenta que fácil era eso de tener un padre. Las ventajas de mi mentirita eran que yo podía tener el papá que yo quería y evitaba tener que explicar la parte que mi mamá quedó embarazada y todo eso. Si bien con el correr de los años respeté el nombre, siempre le cambiaba el oficio por el que me gustaba en ese momento, y así es que llegué a tener un papá arquitecto, un ingeniero, un contador, y uno que trabaja en una oficina en buenos aires.

Cuando era más grande aprendí a evitar el tema, y llegado el caso de tener que contarlo ya no me inventaba un padre ficticio sino que convencida de mi madurez al respecto explicaba lo que sabía. La pregunta que todos me hicieron y me hacen es si lo extraño. No, la realidad es que uno no extraña algo que nunca tuvo, no se extraña algo que no conoce, sería como extrañar al bisabuelo de tu mamá, ese que está en el portarretrato del living al lado de un barco que lo trajo de España.

Toda mi vida fui feliz sabiendo que mi mamá quedó embarazada y él tipo no quiso saber nada. Jamás supe ni el nombre, ni los motivos, ni siquiera supe como hizo mi mamá para sobrevivir esa tristeza. El día que Marcelo me dejó diciéndome “No se que me pasa” me di cuenta que era hora de empezar a preguntar...