FOBICA

Entendiendo mi pasado para tener un futuro! _____________________________________________

Terminé de almorzar en la casa de mi mamá, la miré mientras tomabamos un tecito de sobremesa y le tiré la bomba.
"Necesito conocer a mi papá, me ayudarías a buscarlo?"
Me dijo que si y por el modo en que me miró supe que hace rato estaba esperando esta pregunta. Cinco minutos después nos dimos cuenta que ninguna de las dos sabemos por donde empezar a buscar.

Conjunto Vacío I

De este tema tan complicado que son las amistades, yo diría que a mi se me ha dado por buscar amistades con poco futuro. Me empeño en ser la gran amiga de gente con la que no comparto ni los gustos musicales, y que por ser tan distinta me termina cansando y/o lo más probable abandonando.

Mi primer y única gran amiga fue Barbarita. Nos conocimos a los 2 años en el jardín y fuimos amigas para siempre. Ella vivía en la esquina de mi casa, el papá era médico y la mamá no sabía manejar. Pasamos muchas tardes jugando a las Barbies, al doctor y a las ama de casa, y a veces peleando por culpa de Candelaria.
Si mi gran amiga fue Barbarita, Candelaria fue mi gran enemiga. Tenía muchos juguetes y una habitación donde dormía sola. Era mala y egoísta pero por suerte la madre era medio loca y cuando íbamos a la casa siempre la retaba y le tiraba el pelo adelante nuestro.
Candelaria quería ser la mejor amiga de Barbarita casi lo logró. El primer día de clases del tercer grado de la escuela primaria la maestra leyó la lista y ahí nos habían cambiado de grado. Barbarita y Candelaria quedaron juntas en Tercero B y yo sola en Tercero A.
Ellas hicieron el resto de la primaria y todo el secundario juntas mientras yo me sentía traicionada. La semana pasada en el casamiento de una Barbarita adulta, médica como el papá y anorexica evidente, tuve mi revancha cuando miré alrededor y Candelaria no estaba.
Volviendo a tercer grado, con el cambio me hice amiga de Georgina, una enana maldita que saltaba al elástico hasta cielito, y que siempre andaba en algún puterío con todas las otras nenas.
También por ese entonces apareció Ivana, que era mas terca que una mula y le gustaban las peliculas de terror. Ivana, igual que Candelaria, tenía una habitación para ella sola en la casa, y muchos muchos juguetes, y pileta. Georgina era más pobre, hija menor y vivía en una casa con olor a humedad.
A Ivana los padres le pegaban con un cinto, a Georgina los padres no le daban ni la hora. No teníamos nada en común ni vivíamos tan cerca.
Ya de grande en el secundario me rodee de un grupo de perdedoras que, para no perder la costumbre, nada tenían que ver conmigo y juntas ganamos 5 kilos tomando mate con galletitas y emborrachándonos a más no poder.
A los 17 me fui a vivir a la Capital peleada con todas ellas y juré a mi misma no volver a hablarles y escribí todo el detalle en mi diario intimo para no olvidarme ni un solo detalle...
Al final me olvidé porque a mi la negación me funciona a las mil maravillas. Cuando el grupo se fragmentó, las buenas me vinieron a buscar con Ivana a la cabeza y mantuvimos una amistad plagada de ironías durante estos últimos 6 años.
Me costó darme cuenta que no teníamos ya nada en común a pesar de lo obvio.
Mientras mis amigas se dedicaban a casarse con sus novios de la secundaria, abandonar los estudios y tener hijos, yo terminé la facultad, salí todas las noches, tuve 5 novios que me dejaron, conocí gente nueva, empecé a viajar por el mundo, ví la torre eiffel, el coliseo, comí jamón serrano, me junté, me separé y me compré una casa.
El día que me mudé a mi casa mis amigas no aparecieron. El día que las invité a comer para estrenar los platos no me regalaron nada ni me felicitaron. El día que la costumbre del grupo de regalar algo para la casa nueva dejó de aplicarse fue el día que a mi me tocaba recibir.
El día que me dí cuenta que las mejores amigas también envidian y pueden lastimar fue el día que dejé de hablarles ...