De como llegué hasta acá

Me preparé un té que voy a acompañar con un alfajor y aún no me decido por donde empezar a contar lo que me trajo hasta acá tan lejos.
Si tuviera que agrupar en conjuntos como hacia en la secundaria diría que tengo 3 conjuntos. Uno superpoblado de elementos, asfixiante que es el conjunto Familia y otros 2 que son conjuntos vacíos, Amigas y Novios.

Para ser justa y no sentirme culpable voy a empezar por el primer conjunto, mi Familia, y voy avisando que me va a llevar un rato largo contarles porque hay mucho para decir…

Soy hija de una madre soltera, un padre que me abandonó sin conocerme y cuya identidad encontré hurgando entre las memorias negadas de mi mamá hace solamente un año.
Me crié en casa de mis abuelos creyéndome la nieta favorita de 9 primos, en un mundo de fantasía que me inventé para no sentirme tan sola. Hace 2 semanas ese mundo se me vino abajo cuando me enteré que el embarazo no había sido festejado con alegría por esos abuelos modernos que yo creía tener, sino que luego de enterarse que había un bebe de 5 meses y medio en la panza de la nena más chica, la condenaron al destierro enviándola a vivir a Buenos Aires con una antigüa compañera del secundario de la abuela.

Ella hizo todo el viaje solita, llorando y seguramente se juró a si misma no volver a verlos nunca más pero 4 meses después estaba de regreso con una nena que tardó 12 horas en salir de la panza y 25 años en enterarse los huevos que tuvo su mamá.

La abuela Lala, la misma que ahora me llama cada 2 horas para ver si estoy bien, y que no duerme tranquila si viajo a pasar el día en Buenos Aires se jubiló de su trabajo como docente para cuidar a la nieta que llegó tan prematuramente a su vida. No, lo pienso de nuevo y me doy cuenta que no fue por eso. La abuela no soporto la tragedia social, el que dirán de que su hija, la más chica, la que repitió tercer año por culpa de las diviones que son re difíciles, estaba embarazada sin planes de casamiento y sin culpable a la vista.
Ella que se cuidaba tanto de no dar que hablar a las chusmas del pueblo y que siempre pensó que la hija del medio iba a ser la más problemática perdió de vista a la chiquita y en un descuido la familia se agrandó y ella se recluyó en su casa porque ya no le daban ganas de salir.
Su mamá siempre le decía que de todas las mujeres las peores son las que son locas, pero locas de abajo...